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Queda poco tiempo

  • Foto del escritor: Luis Mastroeni Camacho
    Luis Mastroeni Camacho
  • 5 ago 2024
  • 2 Min. de lectura
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¿Para qué? Es la pregunta obvia ante esta sentencia. Para cambiar la manera en que hacemos negocios, sería la respuesta corta.


Y esto no lo digo como una sugerencia romántica. No se trata, como dicen algunos, de “devolverle a la sociedad un poco de lo que nos ha permitido hacer como empresa”. Ese no es el cambio del que hablo.


El cambio para el que queda poco tiempo tiene que ver con que las condiciones que permiten operar una empresa variaron y cada vez hacen más complejo el cumplimiento de las necesidades del mercado y de los consumidores. Si no se ajustan los procesos, y los productos y servicios no tienen los requisitos que se necesitan para ser seleccionados como una opción válida en el mercado, la empresa acabará saliendo del juego de los negocios. Perderá. 


Las nuevas condiciones van desde la demostración contundente de que no se está dañando el ambiente (sin greenwashing), hasta la comprensión integral de quién es su proveedor y cómo hace negocios; por mencionar algunos ejemplos. Queda poco tiempo porque estos temas y otros, se están volviendo ingredientes indispensables para hacer negocios y si no se tiene integrados en la estrategia empresarial, no será posible hacerle frente a los nuevos retos. 


Atrás quedó la época en que las estrategias de negocios sostenibles eran programas improvisados para cumplir los deseos de algunas personas dentro de las organizaciones. Hoy se volvieron exigencias en algunos casos y en otros, como en Europa, requerimientos legales para poder funcionar. 

Y el poco tiempo que queda se vuelve más crítico para aquellas que no hayan integrado esta forma de operar en el día a día de su empresa. Esto porque con el surgimiento de las NIIF S1 y S2 (normas internacionales de información financiera sobre sostenibilidad y cambio climático) será exigido demostrar, en el estado financiero, que los temas sociales y ambientales están bien manejados y no representan ningún riesgo para el resultado económico. 


También queda poco tiempo si no hay alianzas poderosas entre comunidades, empresas y gobiernos, esto porque las alianzas público-privadas han demostrado ser las mejores herramientas para enfrentar los grandes problemas que tiene la sociedad. Si no se trabaja en conjunto es muy difícil resolver los retos que tienen los países y las comunidades para generar prosperidad y bienestar a todas las personas. 


En fin, queda poco tiempo antes de que las presiones del clima, la desigualdad, la violencia, la desconfianza, entre otros, empiecen a generar un ambiente cada vez más hostil para operar una empresa. Urge que los negocios hagan la tarea que les corresponde como actores de una sociedad cada vez más necesitada del poder de las empresas para hacer que las cosas pasen. 

El poder de las empresas es el único que puede cambiar la manera en que las sociedades enfrentan las crisis que hoy vivimos. Hay que aprovechar el tiempo para que las empresas pasen de simples “máquinas de hacer dinero” a “máquinas para hacer el bien” y devolverle el equilibrio al planeta. 

 
 
 

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