Primero la gente
- Luis Mastroeni Camacho
- 14 may 2024
- 3 Min. de lectura
Por Luis Mastroeni
La mayor parte del tiempo comparto con personas que me preguntan si la sostenibilidad tiene que ver también con temas sociales. A lo largo del tiempo ha costado que comprendamos que la sostenibilidad no puede asociarse solamente a temas ambientales. No hay negocios que se sostengan, si la gente no está bien, no se siente tomada en cuenta y no está feliz.
Una estrategia de negocio sostenible descansa sobre varios pilares fundamentales y uno de ellos es la gente. La gestión de esta estrategia debe iniciar de adentro hacia afuera, pensando siempre en las personas. El negocio lo hacen las personas, no pensar en ellas es condenar a la organización al fracaso en el largo plazo.
Pero ¿cómo ponemos a las personas en el centro? Lo primero es recordar que el área encargada de la gente es Recursos Humanos (RRHH) o como se llame en cada empresa y son ellos los encargados de ejecutar actividades y programas que mejoren la experiencia de la gente en su lugar de trabajo, a través de un proceso que les permita mejorar su desarrollo profesional y personal. El tiempo en que la empresa no le importaba lo que les pasara a las personas fuera de su horario laboral ya pasó.
Ahora bien, las áreas de RRHH y sostenibilidad deben trabajar de la mano de tal manera que puedan generar la estrategia más adecuada para que impacte en las personas de la empresa. Si nos basamos en el diagnóstico a partir de la ISO 26000 encontraremos que una de las materias fundamentales se refiere a prácticas laborales, razón por la cual no podemos dejar a las personas a un lado de la estrategia de negocios sostenible.

Se debe iniciar con un diagnóstico interno a nivel de clima, cultura y bienestar y no solo de las personas que trabajan en la empresa, sino también de sus familias. Con eso en mano la organización puede iniciar el cierre de brechas, de tal forma que la gente se sienta mejor y aumente, entre otros beneficios, la atracción y retención del talento.
Las empresas no son solamente, sus activos o sus ventas, son las personas las que hacen las marcas, las que permiten su desarrollo y crecimiento; razón de más entonces para ocuparse de las personas y sus familias; de tal manera que entre más felices sean puedan ser más productivas y aportar más valor a las organizaciones.
Cada vez más las auditorías de clientes y entidades financieras piden que los derechos humanos se cumplan y no como parte de un afiche o anuncio bonito en la pared; sino con robustos sistemas de gestión que aseguren no solo su debido cumplimiento, sino que se abran espacios para que las personas pueden denunciar y sentir confianza a la hora que están en la empresa y denuncian actividades de maltrato o poco éticas.
Las personas son el centro de cualquier estrategia de negocio sostenible, sino empezamos con el público interno estaremos con una gran deuda. La gente hace posible que todo se logre dentro de las organizaciones, es la gente la que innova, la que genera nuevas ideas, la que está ahí en las buenas y en las malas. Una empresa que no piensa en la gente es una empresa sin alma.
Las empresas sin alma, poco a poco se desdibujan, pierden su norte y empiezan a perder su talento. De un momento a otro, las empresas que sí tienen alma miran a esas personas que se sienten excluidas y las llaman a sus filas, las acogen, las respetan y como por arte de magia, ese talento despierta y logra llevar al negocio al siguiente nivel.
Primero la gente. Luego todo lo demás.



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