Pequeñas victorias
- Luis Mastroeni Camacho

- 27 may
- 3 Min. de lectura
Por Luis Mastroeni
Estoy del lado de los positivos. Siempre trato de ver el vaso medio lleno.
Por eso es por lo que quiero rescatar las pequeñas victorias que las “otras empresas posibles” están desarrollando y que tanto bien le hacen a la sociedad y al medio ambiente.
Empiezo con algo que parece sencillo, pero ha costado muchos años. Hoy veo más gerentes generales en foros de bienestar para colaboradores, medio ambiente o derechos humanos, que hace unos cinco años. Van comprendiendo, las altas autoridades empresariales, que sin ellos esto no avanzará adecuadamente.
Pero no solo son parte del público, sino que ya se apoderan del discurso y lo quieren contar.
Otra victoria consiste en que hay menos botellas con plástico 100% virgen. Es decir, las compañías de refrescos se están preocupando por utilizar más plásticos reciclado y dar vida a nuevas botellas a partir de otras que se convierten en materia prima. Y ni que decir de la buena práctica de lo retornable, tanto en vidro, como en plástico.
Por otra parte, son decenas las compañías que están midiendo el nivel de bienestar en el que viven sus colaboradores y sus familias; para tratar de hacer algo en conjunto para mejorar. Esto no es menor. Hemos dejado de lado aquella frase común de: los problemas de su casa, déjelos en la puerta de la oficina, aquí lo necesitamos concentrado.
¿Cómo se concentra alguien que debe dos meses de alquiler y que el desayuno de hoy es lo único que probarán sus hijos en el día?

Estamos haciendo cambios que mejoran vidas. Debemos empezar a celebrarlo todo; debemos tomar consciencia de lo que ya está pasando y festejarlo. Lo que falta, poco a poco, lo iremos haciendo. Tendremos mejores empresas en el futuro, pero nunca serán perfectas y no debemos esperar a que lo sean para sentir que hemos hecho la diferencia.
Como dice Rebeca Solnit en su obra Esperanza en la oscuridad: “los triunfos son invisibles a menos que recurramos a la narración”. ¿Está hablando en su empresa de eso que está mejorando, por pequeño que sea?; ¿Su empresa está celebrando y reconociendo, eso que costó años en mejorar y ya es una práctica cotidiana?
No podemos pretender tenerlo todo para estar felices y sentir que lo estamos logrando. Así como somos de precisos midiendo lo que hace falta y proponiendo nuevos retos; debemos ser igual de obsesivos señalando eso que nadie más ve para que todos se enteren y lo festejen. Si no, se dejará de lado y se volverá invisible.
Lo bueno no puede ser invisible, porque empezaremos a creer que es más lo malo y no es verdad. No es que haya más maldad y que las cosas estén peor, es que no hemos sido buenos contando el lado positivo y mejorado de la historia en nuestras empresas.
Lo que no se comparte no se contagia y hoy estamos compartiendo más lo malo que lo bueno y no se vale.
Mejor manejo de residuos en algunas compañías, más gente con trabajo, más empresas preocupadas por lo que pasa en la comunidad, más alianzas. Hoy vivimos en una sociedad a la que le falta mucho por mejorar, pero que obtiene pequeñas victorias todos los días. Como lo he escrito en otro momento, la victoria no será masiva, la iremos logrando en pequeños territorios, pero la única manera de que se propague es volviéndonos voceros positivos de los pasos que se van dando, aunque sean pequeños o diminutos. Todo cuenta.
Detener una reunión y antes de ver lo que sigue anunciar lo que hemos logrado. Empezar un discurso contando los avances de la semana o de las últimas 24 horas. Todos los días pasan cosas maravillosas en las empresas, pero no las contamos, ¿qué estamos esperando?
Borges nos recuerda algo lindísimo y que leí hace poco: “no pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso”.



Comentarios