top of page

¿Infinito?, para las empresas no.

  • Foto del escritor: Luis Mastroeni Camacho
    Luis Mastroeni Camacho
  • 11 mar 2024
  • 3 Min. de lectura

Por Luis Mastroeni


Hace unos días escuché un podcast en que el físico, Antonio Turiel, hablaba sobre energía, ecología, límites planetarios y decrecimiento. Él hizo la analogía perfecta sobre por qué las empresas no pueden crecer ilimitadamente y me gustaría contarles lo que aprendí. 


ree

Todos vivimos en un mundo perfectamente bien equilibrado, que tiene límites muy claros, si se traspasan empezamos a sentir los problemas (lo que pasa con los calores de este marzo son un ejemplo). Primer mensaje en el que creo que todos coincidimos. 


En este planeta los seres vivos no estamos para siempre, tenemos ciclos. A muchos les gustaría vivir cientos de años y presenciar todos los hitos posibles en la ciencia, la tecnología, la sociedad, etc. Sin embargo, todos aceptamos que eso no es posible. Nos morimos, es decir tenemos un límite de vida. 


Por otra parte, cuando nacemos no podemos pretender crecer hasta el cielo. Primero porque no es posible y segundo porque nos convertiríamos en seres sobrenaturales. Es decir, hay un momento en que paramos de crecer, nos estabilizamos y seguimos así toda la vida, hasta que se termina. 

¿No sería lógico pensar lo mismo para las empresas?


Si estamos en un mundo limitado y somos seres limitados, ¿a quién se le ocurrió que las organizaciones que viven en el mismo planeta y que son dirigidas por los mismos seres vivos pueden crecer ilimitadamente o puede generar riqueza de forma infinita?

Parece que ahí nos hemos equivocado como humanidad. Pretender generar ganancias “obscenas” para toda la vida y poner en el mercado productos y servicios sin límite no es posible. 

El mismo Turiel lo decía en sus comentarios. Sí hay una salida a lo que estamos viviendo, pero no con los niveles de producción y consumo que tenemos hoy en día. Con las demandas actuales no hay solución posible. 


Pareciera un final desalentador, pero es que no debe de extrañarnos. Ya en los años 70 el Club de Roma emitía un documento sobre los límites del planeta y dejaba claro que no era posible seguir creciendo sin un freno. Como lo escribí en alguno de mis artículos hace un tiempo, la pregunta de fondo del empresariado es ¿cuánto es suficiente?; ¿las ganancias ilimitadas valen cualquier costo?

La ciencia es clara cuando indica que no se puede continuar al ritmo que vamos. Nos encontraremos de frente con olas de calor, frío, nieve, etc. O dejaremos de contar con el agua como la tenemos hoy en día: a la distancia de un grifo en la casa. O no podremos respirar adecuadamente y aumentarán las enfermedades transmitidas por animales. 


Es difícil, lo sé, imaginar un momento en que los y las empresarias digan: hasta aquí; con este margen es suficiente, con este retorno estamos bien, con estas utilidades nos basta y que además indiquen: vamos a seguir haciendo lo mismo todos los años. Claro que uno no se lo imagina. Pero pareciera que no nos va a quedar otra. Así como nos resignamos a quedarnos de un tamaño, aunque algunos no superemos el metro sesenta de estatura: con eso nos tocó vivir. 

Trabajar menos, consumir menos, producir menos y conseguir finalmente ese balance con el planeta para que pueda recuperarse, debería ser la meta. Ya lo logramos una vez durante la pandemia. Claro, hubo muchas empresas con problemas y muchos trabajos perdidos; pero es que el decrecimiento vino a la fuerza; mientras este otro se puede planear, lo podemos ir ejecutando ordenadamente. 


Parar, pensar, reajustar; esas parecieran ser las palabras claves en este momento, de tal forma que la sociedad tenga un futuro viable. Cuando tuvimos que parar en la pandemia nos encontramos con muchos avances en lo que se refiera al cambio climático y la huella de carbono. La respuesta sigue siendo la misma que tuvimos ante el reto del COVID: parar, unirnos, buscar soluciones y reajustar el rumbo. Ha llegado el momento de decrecer y estar felices haciéndolo. 

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page