Acentos correctos
- Luis Mastroeni Camacho
- 22 ene 2024
- 3 Min. de lectura
Por Luis Mastroeni

Siempre me salta el ojo cuando veo faltas ortográficas. Pero más aún con las tildes. Esos pequeños signos se convierten en gigantes si queremos que los textos se entiendan o si queremos indicar alguna acción o actividad. ¿Dónde poner entonces el acento del quehacer empresarial?
Si la tilde nos ayuda a enfatizar dónde va el acento y cómo decimos las cosas correctamente ¿por qué no pensar en que los negocios deben empezar a acentuar ciertas prácticas, para que las hagamos (más que decirlas) de forma correcta y pensando en la buena marcha de la organización? Busquemos entonces acentos que nos permitan darle futuro a nuestro propósito empresarial.
Hay que poner atención a los límites. Entonces el primer acento a cuidar es el de qué está haciendo la empresa para cuidar su crecimiento y velar por aquellos materiales o insumos que necesita para existir. En otras palabras, si no pone atención especial al cuidado de aquello que la hace existir, podría ver su largo plazo comprometido. Es más, podría desaparecer.
Como ya lo dije en otro momento, vivimos en un mundo finito. Entonces, ¿qué nos hace pensar que la empresa podrá operar igual una eternidad?
Una vez con esto claro, el siguiente aspecto a tomar en cuenta es la relación de la empresa con la naturaleza y los ecosistemas cercanos a sus operaciones. Es decir, debemos acentuar el interés por temas como el agua, la flora y fauna, los ríos o riachuelos, etc. Muchas veces el inicio de un problema en la organización tiene explicaciones en la falta o la abundancia de algo que no contemplamos y estaba en el paisaje. No demos el paisaje por sentado, ahora más que nunca, esto cambia constantemente. Revisar impactos, una y otra vez, esa es la tarea.
Otra tilde muy relevante: los vecinos. Acentuar y hacer crecer las buenas relaciones son parte de lo que se necesita para operar en un momento crucial en que la sociedad le exige constantemente al empresariado que se comprometa, que lidere el cambio, que gestione su negocio no solamente esperando dinero, sino también generando paz social y bienestar para todos los que conviven en espacios cercanos.
Y si hablamos de la gente, no podemos dejar de lado a quienes trabajan en nuestras empresas. Un acento muy especial debe tener la atención por el público interno y sus familias. La gestión del negocio depende de las personas, las organizaciones son personas, no son edificios o marcas inertes. Una organización es su gente y si su gente no está bien, tarde o temprano, la empresa lo empezará a sentir y a vivir.
Las personas en las empresas necesitan atención, no son máquinas, no son un número o código de empleado. Tienen problemas, necesidades, tienen un mundo fuera de los portones del negocio. Díganme cuál es el acento que tiene la atención al colaborador y yo les voy a decir cuánto tiempo le queda a la empresa.
No solo hablo del colaborador como individuo, sino también en su ámbito personal. Es importante entender cómo está la familia, su entorno, su misma vivienda. Es cierto que la empresa no pude hacer todo, ni es una ONG para solucionar temas sociales, pero sí puede hacer un esfuerzo para entender, cómo usar su gran poder y ubicación en el entorno social, para ayudar más y que todos estén mejor. A veces, el acento va más allá que un mayor salario.
Si no sabemos con quién estamos haciendo negocios, pues es hora de empezar. Aquí entra en juego el acento que le demos a las relaciones con proveedores. ¿Los conocemos solo por el nombre en una factura?, cada vez más las empresas tienen que conocer qué hay detrás de la factura o el correo electrónico.
Es un imperativo conocer si está en contra de la mano obra infantil, si tiene buenas prácticas laborales, si paga los impuestos que debe, si cuenta con mecanismos de denuncia para sus colaboradores, en fin, el acento aquí es que, si quiero tener buenas prácticas de gestión, estas deben extenderse hasta la otra acera y entender quién conforma todo el proceso mediante el cual ofrezco un producto o servicio.
Es momento de detenerse y leer adecuadamente el libro de mis actividades como empresa porque puede ser que estemos dejando algunas palabras sin acento y nuestro mensaje no está llegando de la manera correcta a quienes nos interesa.



Comentarios