Comportamiento Ético
- Luis Mastroeni Camacho
- 16 abr 2024
- 3 Min. de lectura
Por Luis Mastroeni
Groucho Marx tenía una frase que parece cómica, pero que es muy grave. Él decía: “estos son mis valores, si no les gustan tengo otros”. Nada mejor para hablar del tema de la ética y cómo este principio debe imperar en las empresas. No se trata de buscar donde mejor calienta el sol, se trata de tener el carácter de tomar decisiones que aseguren la continuidad del negocio y apegarse a los valores previamente establecidos.
Me gusta escuchar a Adela Cortina, una gran pensadora alrededor del tema de la ética y en una de sus frases ella habla de la ética como el carácter. Es decir, esa condición que tenemos las personas para imponer de manera correcta nuestros valores y que estos iluminen nuestras decisiones.

Lo mismo pasa con las empresas. Deben tener la capacidad de establecer las reglas o valores puntuales que les permitan tomar decisiones y ajustarlas a su gobierno corporativo. Deben tener el carácter necesario para priorizar los valores, que son su razón de ser, antes de cualquier cosa.
Operar con ética, va más allá de tener unos valores en un afiche puesto en la pared. Esta es la condición básica que nos permite transformar una gestión de negocio tradicional a una impulsada con base en la ISO 26000. De hecho, no apegarse a esta regla es la que hace que muchas empresas caigan en el “greenwashing”, cuando se empieza a cuestionar ciertas actuaciones internas o de su cadena de valor.
Son muchos los ejemplos de acontecimientos en los que las empresas han dejado de lado la ética y esto las ha llevado a crisis importantes que afectaron su estado de resultados. Volkswagen y su software engañoso, Odebrecht y la corrupción en sus relaciones de negocios, maquillajes de estados financieros por parte de Enron y creación de cuentas falsas por parte de Wells Fargo, son solo algunos casos en los que la ambición pudo más que la ética, pero la verdad siempre salió a la luz y les ocasionó gravísimos impactos.
El comportamiento ético tiene su base en la primera palaba de esta frase: “comportamiento”. ¿Qué estamos dispuestos a hacer para cumplir con nuestros valores?; ¿Qué estamos dispuestos a dejar de hacer, por cumplir con nuestras reglas éticas como compañía?
La forma en que una empresa se comporta, hoy en día, va mucho más allá de su participación en el mercado o su capacidad de vender; también debe velar por, ¿cómo hace las cosas?, ¿con quién hace negocios?, ¿cómo mide sus impactos?, ¿cómo procura ser un buen actor dentro de la sociedad en la que opera? Ser ético es tener la capacidad de decir, hacer y pensar en la misma línea, es ser capaz de dar la cara y comprobar que lo que dice, se puede comprobar.
No hay empresas éticas, hay personas éticas. Es decir, sin los líderes correctos, que estén dispuestos a comportarse de manera correcta, no habrá forma de que una organización pueda salir adelante y ser mejor cada día. Los negocios necesitan personas que hayan evolucionado de ese concepto tan nefasto de “hacer dinero a cualquier costo”; eso no debe estar más en la mente de quienes están al frente de las operaciones.
Sin la gente correcta es difícil que una institución se comporte como debe, como lo está esperando la sociedad y los públicos de interés. La base de una gestión en la nueva dinámica de negocios descansa sobre una estructura firme desde la ética. La Junta Directiva y las personas que están a cargo de los equipos de trabajo deben establecer una especie de pacto, para que se comprometan a operar de un modo específico, sin creatividades que puedan poner en riesgo a la empresa.
Los escándalos que afectan las empresas y que han surgido a lo largo de la historia, se dan por que alguien transgrede ese pacto, porque alguna de las personas a lo interno quiere operar al margen de los acuerdos que se han establecido en el pasado. La innovación no está por encima de las ventas, la naturaleza tampoco lo puede estar y mucho menos, la seguridad de la gente que trabaja en la empresa.
Estamos presenciando un mundo que está premiando a aquellas empresas que se comportan de manera justa, ética y transparente. Las que no lo hacen, tarde o temprano, serán puestas en evidencia y lo que creían que no impactaba sus resultados económicos, los pondrá contra la espada y la pared.



Comentarios